1998
Nueva York como Ciudad de Dios
Como parte de un movimiento anterior de Dios entre la comunidad hispana de esta región, en 1998, la iglesia declaró a Nueva York como la ciudad de Dios. Desde entonces, recibimos un poderoso mensaje del Señor sobre la importancia de un altar.
Un altar es mucho más que un lugar para cantar y predicar: es un lugar donde nos ofrecemos a Dios. Dios nos ordenó construir un altar en una ciudad, una nación y un continente, y eso es exactamente lo que hicimos.